Surge en un presente remoto a un futuro aún más extraño. Canela comienza el diario. Tan verdadero como mentiroso. Verdaderamente en falso.
RSS
Powered By Blogger

y ahora lo que no entiendo es:

Miercoles 29 de Julio de 2009

(Cómo siguio mi cabeza diciendome cosas al oido)
Y vino él, entre otros amigos (como si él pudiera llamarse 'amigo', pero si no hay palabra para definirlo, vamos a llamarlo asi). Y me dio vuelta las ideas. Al menos las pocas qué tenía sobre algo. Para bien y para mal. El para bien es el que uno dice: 'Que bueno volverlo a ver' (en algún otro momento me explayeré sobre este punto). Para mal: Verguenza. ¿De qué? De mi misma. De como de un extremo del amor pase al otro. Me arrepiento de ciertas cosas y (creo) que nunca me habia pasado. Es decir, por más macanas o no macanas que me mande en mis días nunca, (y si digo nunca es nunca) me había arrepentido de nada. Obvio, cosas que en otro momento seguro que hubiese hecho de otra manera, pero igualmente nunca me arrepientí.
Y con un dolor de garganta suave y amargo me acosté el sábado. Pensando. ¿Cómo pudo pasarme? ¿Cómo? Me di cuenta que hace casi dos años comencé a vivir en un mundo que no era verdad. Y que me convencía a mi misma que sí lo era. Y ahora (medio despierta, medio dormia) Puedo decir que me asquié de mi (en ese momento). De lo que me pasó y lo que hice y lo que deje de hacer y lo que dejé que pasara. No entiendo cómo me enamoré de una persona (Él) y cómo hace dos años estuve perdidamente (Perdida, sin solución, fuera del mundo) enamorada de otra que era lo opuesto de la primera. Serán por que los opuestos se atren y me atraen.
"mañana sigo con más. Me enredé solita en los pensamientos."

3 leyeron mi diario:

Onminayas dijo...

Bueno... Esto se está enredando de una manera soberbia. Como surjan muchos más protagonistas en tu historia va a ser ya tremendo.

Besos

Unknown dijo...

UPa... estas confundida...

Federico Matteucci dijo...

bellos escritos en ambos blogs....

un abrazo grande...

pasare por ambos mas seguido

Publicar un comentario

• pispieron las hojas del diario